Desde hace ya más de un mes, el efecto Rocío Carrasco está en televisiones, redes sociales, en distintas conversaciones de círculos sociales, etc.
Es un hecho que la “violencia de género” está muy presente tanto en terrenos sociales, como en terrenos políticos ya que es una lacra de la que, cada vez más, nos concienciamos que hay que luchar contra ella. Más latente que nunca, debido a declaraciones públicas de la conocida Rocío Carrasco, son muchas las opiniones que se hacen notar por distintos canales sociales.
La primera norma que se debería aplicar para luchar contra tan preocupante situación, sería unirnos todos y todas contra los maltratos varios que se producen diaria-mente y de distintas formas ¿No es un sin sentido que alguien que cuenta su historia tras 20 años callada sea apaleada verbalmente, insultada, vejada … tan solo por el hecho de contar una situación que ha destrozado su vida?
Deberíamos empezar por concienciarnos a nosotros mismos sobre el hecho de opinar sin necesidad de acribillar a nadie con nuestras palabras y comportamientos.
Una sociedad civilizada pasa por respetar al prójimo y si no cambiamos la actitud frente a los acontecimientos que intentan crear un cambio a la hora de tratar ciertos temas, nunca erradicaremos problemas tan delicados como la violencia de género.
